Comienza la edición de una de las obras más populares del siempre interesante Usamaru Furuya, en la que da muestras tanto de su ferviente imaginación como de su pasmosa capacidad para desentrañar los entresijos de la psicología humana.
Activo desde mediados de los 90, Usamaru Furuya llamó la atención internacional con Hikari Club, que, de hecho, fue su primer manga publicado en España, ya en 2012. Desde entonces, este prestigioso autor que ha hecho de los temas escabrosos y la parte más oscura de la mente humana el eje central de sus obras, mayoritariamente tomos únicos y series cortas, ha repetido con frecuencia en el mercado español, hasta el punto de haber sido publicado por cuatro editoriales diferentes. Y entre ellas, Milky Way Ediciones es la que lo ha hecho con mayor profusión. En abril de 2015 publicamos El club del suicidio, una versión propia de la película dirigida por el cineasta Sion Sono. En diciembre del mismo año fue el turno de Happiness, un compendio de historias cortas del autor centradas en las miserias, sueños, imposibles y debilidades del ser humano, algunas con un componente sobrenatural. Justo un año después era el turno de La música de Marie, un manga poético y evocador, deliciosamente imaginativo y sorprendente.
Ahora, algo más de tres años después, Usamaru Furuya regresa a nuestro catálogo con uno de sus títulos más famosos: Genkaku Picasso. Formado por 3 volúmenes, este manga se serializó en la revista Jump Square de Shueisha entre 2008 y 2010. Se considera una de las obras más accesibles y comerciales del autor, sin que ello repercuta en el interés o la calidad, pues resulta tan desbordante de creatividad y realismo como sus obras más adultas.
El estudiante de instituto Hikari Hamura se pasa el día dibujando. Por eso, y por un pequeño malentendido con su nombre, lo apodan “Picasso”, aunque él a quien realmente desea parecerse es a Leonardo da Vinci. En clase, la única persona que le hace algo de caso es la alegre y excéntrica Chiaki. Un día, mientras ambos regresan a casa, un helicóptero que sobrevuela la zona pierde el control y cae sobre ellos. Chiaki muere en el acto, pero él milagrosamente sobrevive. Semanas después, al regresar a clase, se da cuenta de que una Chiaki en miniatura vive en el bolsillo de su chaqueta escolar. Resulta que si Hikari ha sobrevivido es porque Chiaki le rogó a los dioses que no permitieran que él muriera sin haber enseñado al mundo su arte. Los dioses escucharon sus plegarias, pero, a cambio, ahora el arte de Hikari debe servir para ayudar a las personas, o de lo contrario su cuerpo se pudrirá y acabará muriendo. A regañadientes, el muchacho deberá demostrar que lo llaman “Picasso” con razón y, mediante sus dibujos, se adentrará en el siempre complejo mundo interior de las personas para ayudar a solucionar los problemas que las atenazan.
A partir de un punto de partida trágico, Furuya desarrolla sin complejos ni limitaciones su particular visión de la psique humana, llena de temores, complejos, debilidades y frustraciones. Un auténtico estudio de la condición humana –cuando menos la adolescente–, en el que no falta un toque de humor para aliviar tantos asuntos complejos y en ocasiones duros. Lo ejecuta con su reconocible estilo gráfico, cuidado y rico en detalles, de trazo fino y realista. Por todo ello, estamos seguros de que Genkaku Picasso va a ser uno de los mangas esenciales de este año.