Carrito

    Entrevista a Tsubasa Yamaguchi (“Blue Period”)

    Entrevista a Tsubasa Yamaguchi (“Blue Period”)

    Durante su visita al 25º Manga Barcelona, pudimos departir con la autora de Blue Period, título que fue precisamente uno de nuestros lanzamientos estrella con motivo del evento. A continuación, reproducimos la entrevista que mantuvimos con ella sobre esta obra centrada en el mundo del arte.

    Aunque Tsubasa Yamaguchi pintaba desde pequeña a poco que tuviera a mano unas acuarelas, cuando realmente le picó el gusanillo del arte fue ya en el instituto, con 12 o 13 años. En aquella época, leía mucho manga, sobre todos los de la revista Shônen Jump, que eran los que más le gustaban, como One Piece y Hunter x Hunter. Luego, quedaría impresionada por las obras de grandes artistas como Picasso, Leonardo da Vinci, Francis Bacon, Joan Miró o Léonard Tsuguharu Foujita. Debutó profesionalmente en 2015 con la historia corta Nude Model, y su nombre empezó a sonar tras encargarse del dibujo en la adaptación al manga de Ella y su gato, el popular cortometraje del célebre director de animación Makoto Shinkai. Desde 2017 dibuja Blue Period, manga en el que ha volcado todo su conocimiento y pasión por las Bellas Artes. Esta obra ha obtenido diversos reconocimientos, destacando el Premio Manga Taishô que le fue otorgado hace apenas un par de semanas, galardón para el cual ya había sido nominado en 2019.

    ¿Cómo surge la idea de dibujar un manga centrado en el mundo del arte?

    Quería aprovechar los conocimientos y la experiencia que había adquirido durante mi estancia en la Facultad de Bellas Artes de la universidad estatal. Propuse la idea, la aceptaron y así nació Blue Period.

    ¿No temía que las necesarias explicaciones especializadas que hay a lo largo de la obra (técnicas de dibujo, utensilios para pintar...) pudieran aburrir o echar atrás a los lectores?

    He de reconocer que sí, porque a una parte importante de los lectores les da igual los contenidos muy técnicos en un manga, ya sea porque no los entienden o simplemente porque no les interesa. Así que procuro no introducir demasiados elementos técnicos en un mismo capítulo para no perder lectores (risas).

    ¿Cómo es el proceso de trabajo de un capítulo de Blue Period?

    Blue Period se serializa en la revista Afternoon, que es mensual, así que ese es el tiempo que me lleva hacer un capítulo. La primera semana pienso en la historia y hago un primer borrador. Luego paso media semana rectificando aquello que no me convence. Una vez cerrada esta parte, empiezo a dibujar, lo que me lleva una semana y media, aproximadamente. Hay algunas cosas que me cuesta dibujar, como manos, piernas y pies, por lo que uso a amistades como modelo o me pongo yo misma frente al espejo. Aparte, trabajo con dos asistentes, que se encargan de hacer el borrador de los fondos y de perfilarlos, respectivamente. En el resto del tiempo que me queda hago arreglos antes de entregar el capítulo. O sea, que no suelo tener apenas tiempo libre, y el poco que tengo lo empleo en visitar alguna librería de viejo en busca de manga antiguo, en ir al cine y en salir a tomar un poco de sake (risas).

    A la hora de crear Blue Period, ¿tenía en mente animar a los lectores a estudiar Bellas Artes?

    Más que a los estudiantes de instituto que no saben si dar ese paso, en realidad me quería dirigir a los estudiantes que ya han superado el duro examen de acceso a la universidad. A ellos, Blue Period les puede servir para conocer la experiencia de alguien que ya ha hecho el camino completo que están recorriendo ellos.

    Tal como podemos observar en el manga, cuenta con numerosos colaboradores que realizan las obras de arte originales que luego se reproducen como hechas por los personajes.

    Siento que nunca podría hacer cuadros con estilos muy diferentes entre sí, por eso tengo colaboradores, artistas cada uno con su propio estilo. Este punto es algo en lo que me he visto muy favorecida por mi contacto directo con las Bellas Artes, puesto que he podido contar con la ayuda de mis antiguos compañeros de clase, sus amigos e incluso con alumnos de la carrera en el momento de publicar el capítulo en cuestión. En ese sentido, encontrar colaboradores me ha sido más fácil que a otros autores de manga. Les estoy muy agradecida, y a ellos me consta que les hace ilusión.

    Usted estudió en la universidad a la que aspira a entrar el protagonista, Yatora Yaguchi. ¿Tan difícil es entrar en la Universidad Nacional de Bellas Artes y Música de Tokio?

    ¡Que conste que no tenía la intención de decir que es muy difícil acceder a ella! (risas) Tal vez he insistido mucho en esa dificultad porque el protagonista tiene un carácter débil y se pone un listón muy alto. Yaguchi representa el esfuerzo para alcanzar su meta frente al talento innato para el arte que poseen otros personajes. Es una dualidad que hace interesante la historia.

    ¿Se identifica con algún personaje concreto de la obra?

    Hay alguien en la obra, un genio artístico, por quien siento un gran anhelo. Pero la figura que siento más cercana a mí es la del protagonista. Me siento muy familiarizada con Yaguchi.

    Durante su estancia en Barcelona, una ciudad repleta de arte, ¿piensa visitar algún museo? ¿Es factible ver en tomos futuros algún cuadro de Dalí, por ejemplo?

    Sí, desde luego. Me gusta ver toda clase de arte y pensar si puedo reflejarlo en algún momento de la historia. Quiero aprovechar este viaje a Barcelona y luego otro a Venecia para tomar notas. El tiempo dirá si puedo introducir obras artísticas españolas o italianas en el manga.

    ¿Tiene pensada una longitud aproximada para Blue Period?

    Desde el principio, lo que quería mostrar era todo el proceso de crecimiento artístico y personal del protagonista hasta la realización del examen de ingreso a la universidad. Todavía no tengo claro el desenlace, solo por donde quiero llevar la historia. Una vez llegue ese momento, continuar el manga dependerá de si me veo capaz de seguir contando una buena historia. Y de lo que piense la editorial, claro (risas).

    Si ahora mismo le dijeran que Blue Period va a tener una adaptación animada, ¿cuál sería su reacción?

    ¡Oh! Mmm… Bueno, cuando un manga se lleva a la animación, interviene un director, que en cierto modo hace su versión, con su propia manera de ver la historia original, ¿no? Hay ciertos aspectos de Blue Period que en una adaptación animada habría que mantener tal cual. Así que me haría ilusión, por un lado, pero me preocuparía, por otro. Lucharía para que hubiera un equilibrio entre mi visión y la del director. Tal vez preferiría que fuera una adaptación a imagen real…

    ¿Cómo convencería al público de que le dé una oportunidad a Blue Period?

    ¿Cómo lo podría hacer…? ¡No sé! (risas) No conozco cuál es la situación del arte en el sistema educativo español ni tampoco cuán difícil es el examen de acceso para estudiar Bellas Artes en España. Creo que lo complicado es hacer coincidir las dos realidades. Quizá me centraría en esperar que al lector español le atraiga el tesón y la pasión de estos adolescentes que tratan de alcanzar su objetivo, su futuro soñado. Eso es algo universal.

    Aunque durante la entrevista, muestra abiertamente su rostro, Yamaguchi usa en sus apariciones públicas una máscara de rana. Dice que es un animal que le encanta, que trae felicidad y buena suerte. Entre risas, comenta que la máscara le ha costado unos 20 euros, y, con más risas aún, confirma que conoce el manga Museum, protagonizado por un asesino en serie que oculta su identidad bajo una máscara de rana. ¿Por qué la lleva? La autora se pone seria para explicarlo. Cuenta que hay muchas autoras que dibujan manga para un público mayoritariamente masculino (sobre todo en revistas shônen, algo menos en publicaciones seinen), y el machismo de una parte de la sociedad japonesa puede hacer que los lectores no apoyen obras dibujadas por mujeres, por considerar que explican la historia desde una perspectiva femenina. Por eso, ella, como otras dibujantes, opta por usar un seudónimo unisex (Tsubasa es un nombre que pueden usar tanto hombres como mujeres) y con ese fin lleva la máscara en público y no permite que le hagan fotografías ni vídeos una vez se la quita.

    (Agradecimientos a la intérprete Shigeko Suzuki por su inestimable ayuda)